A finales del mes de enero de 2011, motivado por la necesidad de libertad de escritura y expresión, negada en el contexto académico, puse en conocimiento de muchos de ustedes este espacio con el propósito de compartir ideas, reflexiones y denuncias entorno al acontecer de la escuela colombiana y otros temas educativos. En principio, me asistió un trabajo exploratorio en cuanto a la impronta y la estética que le daría, así como las herramientas de la llamada “Web 2.0”, que utilizaría. Los aprendizajes en esta etapa no se hicieron esperar y realmente me motivaron a continuar con esta “empresa” que, para muchos, parece inútil pero, para otros, se constituye en una posibilidad en medio del caos reinante.
Agotada esta primera instancia, el siguiente reto fue el trabajo con los contenidos del sitio buscando, sobre todas las cosas, no caer en la banalidad y el reduccionismo que son frecuentes en la blogosfera (sistema o lugar de los Weblogs en el ciberespacio). Así, consultando varios blogs, portales y experiencias de este tipo, llegué a la conclusión de que es necesario, para este tipo de ejercicios, tener en cuenta lo que otros han hecho, pero indiscutiblemente dejarse llevar por lo que se siente, lo que se quiere decir, lo que se quiere expresar, fuera de ataduras y con el único compromiso de escribir lo mejor que se puede con el fin de transmitir aquellas cosas que atraviesan la mente, la vida y la existencia. La consecuencia, entonces, fue precisamente la puesta en escena de una parte del ser y de la humanidad que se conjuga con eso mismo que otros están meditando o por el contrario están rechazando.
En el camino no he sido ajeno de los altibajos, la desmotivación y, en general, de las cuitas de los seres terrenales. De hecho a algunos de ustedes, comenté mi intención de abandonar y quedar “Off line”, pero ha podido más la necesidad de querer decir, escribir y compartir, que sigo atrapado en este recinto de “Aquellas pequeñas cosas”, como titula uno de sus libros un querido amigo. Por lo tanto, he tomado un prudente descanso para recobrar energías y continuar, por encima de los discursos que desean obstruir y silenciar, para dar paso nuevamente a la denuncia, el encuentro, la oportunidad y el diálogo si se quiere. Tal vez este ejercicio no valga la pena para las mentes “superiores”, incluso sea visto como inocuo, pero estoy seguro que los silencios de muchos y las sentidas palabras de unos pocos, me invitan a sostenerme y aplazar, al menos por un tiempo más, el abandono.
Agotada esta primera instancia, el siguiente reto fue el trabajo con los contenidos del sitio buscando, sobre todas las cosas, no caer en la banalidad y el reduccionismo que son frecuentes en la blogosfera (sistema o lugar de los Weblogs en el ciberespacio). Así, consultando varios blogs, portales y experiencias de este tipo, llegué a la conclusión de que es necesario, para este tipo de ejercicios, tener en cuenta lo que otros han hecho, pero indiscutiblemente dejarse llevar por lo que se siente, lo que se quiere decir, lo que se quiere expresar, fuera de ataduras y con el único compromiso de escribir lo mejor que se puede con el fin de transmitir aquellas cosas que atraviesan la mente, la vida y la existencia. La consecuencia, entonces, fue precisamente la puesta en escena de una parte del ser y de la humanidad que se conjuga con eso mismo que otros están meditando o por el contrario están rechazando.
Teniendo en cuenta lo anterior, otra de las columnas de la creación del presente sitio ha sido poner en práctica eso que en los discursos académicos, políticos, económicos y sociales, llamamos “democracia” rechazando de entrada cualquier intento de manipulación, promulgación sectaria o, lo peor, búsqueda de adeptos o como se llama en términos de la web “seguidores”. Como usted apreciado lector(a) lo puede ver, el considerable esfuerzo que he realizado por publicar, unos períodos más constantes que otros, demuestran la difícil tarea de pensar y, posteriormente, escribir. Volviendo al tema de los “seguidores” ustedes pueden corroborar que no son tantos como lo solicitan los estándares de la blogosfera y, si por esto fuera, creo que ya me habrían vetado o cerrado este espacio. Por consiguiente, creo que la ganancia última ha sido poder compartir, abrir el diálogo e intentar comprender a esos otros que, como yo, deseamos, día a día, mejorar las cosas en el turbio sistema educativo colombiano.
En el camino no he sido ajeno de los altibajos, la desmotivación y, en general, de las cuitas de los seres terrenales. De hecho a algunos de ustedes, comenté mi intención de abandonar y quedar “Off line”, pero ha podido más la necesidad de querer decir, escribir y compartir, que sigo atrapado en este recinto de “Aquellas pequeñas cosas”, como titula uno de sus libros un querido amigo. Por lo tanto, he tomado un prudente descanso para recobrar energías y continuar, por encima de los discursos que desean obstruir y silenciar, para dar paso nuevamente a la denuncia, el encuentro, la oportunidad y el diálogo si se quiere. Tal vez este ejercicio no valga la pena para las mentes “superiores”, incluso sea visto como inocuo, pero estoy seguro que los silencios de muchos y las sentidas palabras de unos pocos, me invitan a sostenerme y aplazar, al menos por un tiempo más, el abandono.
A pesar de contar con una formación donde el componente tecnológico ha estado presente casi todo el tiempo, he tenido la fortuna de aprender a distanciarme de éste para no caer en la instrumentalización y en el activismo técnico, que caracteriza nuestro tiempo. Ejemplo de esta afirmación, se refleja aquí mismo en donde los recursos, a pesar de ser importantes, apoyan un proceso de refinamiento de la escritura, la lectura de otros y la espera con paciencia del viaje de las ideas.
Este año de experiencia en la blogosfera y, más aún, en compañía de ustedes, defendiendo ideas, exponiéndome a la crítica y abriendo las puertas del debate, me reafirman la importancia de la templanza y me motivan a creer que es necesario continuar porque la educación lo merece.
Agradezco a todos aquellos que han abierto esta puerta, motivo de este primer aniversario, la cual estará dispuesta hasta donde mi ser lo permita y los actuales proyectos en el ciberespacio, como la Ley SOPA (Stop Online Piracy Act), cuyo ideario es silenciar e instaurar el miedo a través del control y la penalización.
Giovanni Gutierrez Vargas
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Saludos.
Giovanni