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Ganadores y perdedores en el futuro

Muchos esperamos atentamente el desenlace que tendrá el proyecto de reforma de la educación superior en nuestro país, así como nos preocupa, igualmente, que la loable labor de muchos académicos por presentar una contra propuesta, sea vista con cierto desprecio por parte del gobierno que, como bien lo afirma el rector de la Universidad Pedagógica, trata a los rectores del SUE (Sistema de Universidades Estatales) como menores de edad lo cual demuestra la prepotencia de los funcionarios tecnócratas que están liderando este proceso desde las entrañas del Ministerio de Educación Nacional. Formidable las muchas voces que se han sumado a la causa de defender la educación superior pública en aras de consolidar un sistema universitario más robusto y competente para el futuro.

Para continuar con la serie de ideas que he venido manifestando a través de este espacio, frente al mencionado proyecto de reforma, a continuación intento hacer un balance de los posibles ganadores y perdedores una vez se haga realidad este adefesio que defiende el gobierno nacional.


Seguros ganadores:

1. El sector privado y empresarial, ya que la reforma al abrir la posibilidad de lucro y de fundación de instituciones de educación superior (IES), con pronto aval del Ministerio de Educación Nacional, contarían con el camino despejado para ofrecer a la sociedad colombiana todo tipo de programas de formación técnica y tecnológica en detrimento de la formación profesional, debido a que la empresas requieren de personal capacitado en habilidades y destrezas, para llenar puestos de trabajo a bajos costos y donde, seguramente, asegurarán su posicionamiento en el mercado.


Otra de las ganancias que tendría este sector empresarial es que, al aprovecharse de la ventaja que tendrían frente a las universidades públicas, inyectarían recursos a ciertas universidades minando la autonomía de las mismas y probablemente haciéndose acreedores de las patentes, derechos intelectuales y patrimoniales de las investigaciones que se adelanten conjuntamente. Basta ver la propuesta de reforma en la cual no se protege en ninguna manera este tipo de derechos que, obviamente, deben tener las universidades.


2. Las multinacionales serían otros de los ganadores en términos de la reforma ya que, al igual que el sector privado y empresarial, tendrían todas las condiciones para invertir recursos económicos en el país, para comprar o fundar IES de todo tipo con el menor de los controles de calidad y vendiendo la falsa esperanza de oportunidad en educación para todos. Esto parece que ya es un hecho palpable, ya que casualmente hace unas semanas tuve la oportunidad de conversar con personal directivo de una IES reconocida de la ciudad, quienes me expresaron su preocupación acerca de cómo esta institución ha sido comprada por una multinacional norteamericana la cual está esperando, al igual que muchas, que se haga efectivo esta reforma y que se acelere el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Revisando las noticias todo concuerda con lo que estas personas, amablemente, me compartieron.


La educación en esta medida sería un negocio rentable, dado que en nuestro país se aprovecharía de la pobreza y la falta de oportunidades de muchos compatriotas para acceder a la educación superior que es causa de un Estado irresponsable que ha visto a la educación pública no como una oportunidad de progreso, sino como una piedra en el zapato que interfiere en sus intereses mercantilistas.


3. El Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), es otro de los más opcionados ganadores por causa de la reforma de la educación superior en Colombia, ya que la propuesta brinda relevancia y posición a dicha entidad, así como le confiere mayor importancia a la formación técnica y tecnológica. No es casualidad que el padre Camilo, actual director del SENA y ex rector de la UNIMINUTO, se hinche de satisfacción por la reforma y por el presupuesto que tiene para el 2011 que supera los 2 billones de pesos, dineros con los cuales espera trabajar fuertemente en la formación mencionada, en emprendimiento y otro tipo de artilugios que no son la respuesta a las necesidades de progreso de nuestro país. Yo pregunto: ¿Este dinero dado al SENA equivale al presupuesto de cuántas universidades púbicas?


Es penoso y triste ver cómo a nuestro futuros egresados de los colegios públicos se les ofrece como panacea el SENA y se castra con ello la posibilidad de que estos piensen críticamente, ya que la bandera que se levanta es la de ampliación de las competencias operacionales.


4. Las IES, que muchos llamamos de “garaje”, son otras entidades que gozarán seguramente de la torta que se está repartiendo en la clandestinidad. Este aspecto es explícito en el documento de propuesta de Ley presentado, dado que, entre otras cosas, estas IES quedarían casis al mismo nivel de las universidades públicas con lo cual se desconoce la trayectoria y la calidad investigativa y formativa de estas últimas. Sin aprobarse en el Congreso esta nueva Ley de educación superior, ya vemos la proliferación de este tipo de instituciones en manos de entidades con un fuerte músculo financiero como, por ejemplo, Cajas de compensación familiar, EPS, entre otras, que han fundado instituciones las cuales ofrecen formación técnica y tecnológica. De esta práctica no escapan políticos de dudosa reputación que han fundado IES sin el menor de los reparos por parte de los entes de control. Me abstengo de mencionar los nombres de las instituciones fundadas, dado que puedo estar en riesgo con la actual corrupción y violencia que vivimos en Colombia.


Seguros perdedores:


1. Indiscutiblemente las universidades públicas son las más perjudicadas y estarían en el espectro de las perdedoras si se aprueba la reforma en mención. Para nadie es un secreto que estas universidades sobreviven con los insuficientes recursos destinados por el Estado, para atender su funcionamiento en sus pilares fundamentales: docencia, investigación y extensión. Atender el número creciente de estudiantes, ofrecer programas educativos de alta calidad, aportar a las sociedad con los productos de la investigación, cautivar a los mejores docentes con sueldos que correspondan a su formación y trayectoria, palear las dificultades internas y actualizarse administrativamente y académicamente, con el apoyo de tecnologías, entre otras cosas, terminan siendo tareas sumamente complejas y complicadas, por no decir casi imposibles de llevar a cabo.


No obstante, a pesar de este panorama es de gran valor observar a gran parte de las universidades públicas proponiendo nuevas alternativas en distintos dominios del conocimiento, atrayendo recursos extras a través de la formación complementaria, continuada o con proyectos de impacto social a través de sus áreas de extensión. Siempre teniendo qué decir y aportar a un país que continúa cegado por la técnica y postrado ante la guerra.


2. Otro de los vencidos en este acontecer nacional es la “educación de calidad” que valga la pena se constituyó lastimosamente en un cliché en ocho años de un gobierno que lo único que dejó fueron perdidas y corrupción a proporciones inimaginables. La calidad sería derrotada por la cobertura en educación, ya que llevamos décadas insistiendo en esto que más que una política de Estado es una responsabilidad Constitucional de éste. Como es bien sabido la cobertura no necesariamente garantiza calidad en educación, más en el panorama actual en donde, como ya lo he expresado, se abre el camino a entidades de todo tipo para que inviertan en educación en las lógicas del mercado.


Mucho se ha hablado de la importancia de la educación de calidad, pero es poco lo que se ha aplicado ya que las políticas no corresponden con este propósito de ofrecer a la sociedad en general una formación más cercana a sus necesidades y realidades; una formación en donde prime el pensamiento crítico por encima del pensamiento instrumental; una formación donde los estudiantes se sientan realizados en lo personal, lo profesional y en su proyecto de vida; una formación que trascienda los muros institucionales e impacte de manera positiva a las comunidades, a las organizaciones y a las familias; una formación que no esté al servicio del mercado sino al servicio de la ciudadanía. Si lo que se busca es que el país sea reconocido internacionalmente por sus altos niveles educativos e investigativos, el camino propuesto por la reforma es el equivocado y lo más seguro es que continúe viéndose como una sociedad industrial y no como una Sociedad del conocimiento.


3. Otro de los grandes perdedores en tiempos de reforma es la sociedad. Asistimos a un mundo en el que el conocimiento, la educación superior y la sociedad son fuerzas que cuentan con cierta correspondencia y definen de una u otra manera los destinos futuros de una nación. Así, por ejemplo, la sociedad hace constantes demandas a la educación superior no sé si de manera consciente, pero si espera de sus profesores y egresados pistas para construir un mejor mañana. Por ello, en la actualidad casi ningún padre de familia duda en que sus hijos deben ir a la universidad porque consideran que allí está el futuro de estos y por ende de la sociedad en general. Se busca en las universidades las llaves que abran las puertas del progreso personal, institucional y social, pero lamentablemente en las actuales circunstancias, producto del marcado debilitamiento del sistema universitario, es posible que no se cumpla con estas expectativas y sueños de las mayorías.


La sociedad ciega o ausente de lo que está sucediendo, seguirá por el camino que se le imponga y tal vez por una formación de personas al estilo de manufactura de fábrica caracterizada por realizar tirajes a la sociedad de profesionales técnicos, tecnólogos y profesionales con bajos índices de calidad, pero con habilidades y destrezas que podrán asegurar un puesto de trabajo, pero que no asegurarán una vida llena de significados.


Espero que estas líneas aporten y alienten a muchos a no desistir de las múltiples maneras de construir en medio de la indiferencia.

Comentarios

Anónimo dijo…
De acuerdo con los ganadores, la politica del SENA desde hace 8 años, es convertirse en Universidad Tecnologica simulando el estilo europeo, pero graduando ingenieros técnicos en "6 semestes o menos", para esto se ha preparado de manera silenciosa...

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