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Movilizaciones fundadas en los hechos y la tolerancia

Como es de conocimiento de muchos de ustedes el 7 de abril de 2011 se realizará una movilización estudiantil a nivel nacional en protesta al proyecto de reforma de la Ley 30 de 1992, la cual ha sido cuestionada en el seno de las universidades públicas. Es claro que la ausencia de una concertación del gobierno con los actores educativos, antes de lanzar dicho proyecto, genera desconfianza y aviva fantasmas como el de la privatización que son aprovechados por ciertos grupos que buscan de una u otra manera desestabilizar a las universidades y causar mayor caos del que viven muchas en la actualidad.

En anterior pronunciamiento hice referencia a cómo la citada propuesta de reforma desconoce la Constitución Política de 1991, responde más a una política de gobierno que a una política de Estado, y cómo abre la puerta al sector inversionista privado, nacional e internacional, de tal modo que la educación superior haría mayor acento en algo que vivimos en el presente que es la universidad sinónimo de negocio y los estudiantes sinónimo de clientes.

De la misma manera en la propuesta el tema de cobertura y garantía del servicio delega a los particulares la responsabilidad de invertir recursos económicos en la educación superior pública, a pesar de que nuestra Constitución consagra que dicha tarea es de suma responsabilidad del Estado. Por ello, el problema es que con la entrada de nuevas instituciones de educación superior se aumenta la competencia y por ende se reduce la calidad del servicio. Como lo han mencionado varios rectores, el gobierno debe comprender que es necesario el incremento de la financiación de las universidades públicas existentes, así como posibilitar la creación de nuevas universidades públicas, como bien lo han hecho países hermanos como Brasil donde la política del mandatario saliente, Luis Ignacio Lula, fue precisamente fortalecer la educación pública sin con ello restarle importancia a la inversión que podría hacer el sector privado. Agregaría que si lo que se busca es mayor cobertura en educación superior, otra alternativa es el fortalecimiento de la educación virtual y a distancia, que en la propuesta de reforma presentada brilla por su ausencia.

Otros temas que poco se ha tocado están relacionados con el papel del profesorado y la investigación en las universidades. Sobre el primero, lo único que se plantea es la definición del valor de la hora cátedra que estaría alrededor de $28.000 aproximadamente, el número de horas de dedicación exclusiva (40) y la necesidad de que los profesores tengan como mínimo título de Maestría. No se habla en el proyecto acerca del mejoramiento de las condiciones de los docentes en términos de espacios de trabajo dignos, mayores incentivos para la investigación y otros que fortalezcan su práctica pedagógica. Aspectos que a lo largo de la historia han sido reclamos constantes del magisterio a los gobiernos de turno y que siguen sin resolverse. En cuanto al tema de la investigación se da mayor protagonismo burocrático a COLCIENCIAS, pero el financiamiento y el mejoramiento de la condiciones de investigación en las universidades es ausente.


Son muchos más aspectos los que se desprenden de esta iniciativa de reforma, por lo que considero necesario unir criterios e ideas, para lograr un mejor destino a lo que requiere la educación superior.


Finalmente, comparto las palabras de Bertrand Russell (1872-1970) quien dejó un mensaje a las futuras generaciones donde invita a que los hechos y la tolerancia sean aspectos primordiales en el actuar. Considero estos oportunos para las movilizaciones que se realicen de aquí en adelante, para que brillen por la sensatez, la inteligencia y el respeto a los otros, y no por la emoción de la juventud, la influencia de las personas inescrupulosas o la violencia.

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