Se hace cada vez más intenso el debate, al interior de las universidades más no con el gobierno nacional, en relación con el proyecto de reforma de la educación superior en Colombia. Así, en la Red circula por estos días una cartilla elaborada por la Universidad de Manizales en la cual se sintetizan ideas, comentarios y reacciones entorno al mencionado proyecto (Ver documento). En líneas generales la cartilla recoge asuntos que ya han sido tratados por rectores de otras universidades y en las discusiones dadas en el seno de ASCUN: autonomía de las universidades, financiamiento a largo plazo de las universidades públicas, ánimo de lucro de las instituciones de educación superior (IES).
Como datos que aporta el documento a la comprensión de la problemática están los siguientes:
1. La propuesta de reforma privilegia el tema de la cobertura, por encima de la calidad, a partir de la creación de IES con ánimo de lucro donde posiblemente se incrementen los cupos de acceso al nivel de educación superior, pero que a la larga no garantizan una sostenibilidad económica en el futuro. Este último punto es en el que más insisten las universidades públicas, ya que se constituye en un camino viable de garantía de la cobertura y de calidad del sistema universitario.
2. Relacionado con lo anterior, está el tema de financiamiento de las universidades públicas donde, entre otras cosas, es interesante ver cómo la propuesta del gobierno acoge modelos importados como el de Australia en el cual la idea es diferir el pago de las matrículas de los estudiantes para que paguen después de graduarse de la universidad, lo cual seguramente terminará delegando la responsabilidad de financiamiento a las universidades que sabemos, por lo consagrado en la Constitución, es un deber del Estado. Igualmente, otra dato revelador es cómo el gobierno pregona el que la inversión privada ayudaría a las universidades públicas con el financiamiento. Frente a este sofisma se alude cómo en la Universidad de Harvard, a pesar de contar con inversiones económicas del sector privado para investigación y desarrollo, no se alcanza sino a cubrir el 10% de la inversión que se necesita para la generación de innovaciones y nuevos conocimientos. De este modo una de las salidas que se propone en el seno de las universidades públicas es que al menos una vez en la historia de Colombia el Estado realice una fuerte inversión a la educación pública siguiendo el ejemplo de países como Brasil, Chile y otros.
Otra desproporción de la propuesta de reforma de la educación superior, es pretender que nuestro país consolide un sistema universitario de alta calidad con los puntos adicionales de dinero en el futuro. Siendo realistas esta estrategia económica es insuficiente e ingenua, y requiere de ejemplos como el de China donde cada estudiante es costeado anualmente con recursos cercanos a 18 millones de pesos, que provienen en gran porcentaje del Estado. Si miramos el caso colombiano se requiere triplicar el costo de cada estudiante ya que este sólo alcanza a llegar a 4 millones de pesos. Aumentar la inversión económica de manera significativa puede convertir los sueños en realidad de que Colombia sea miembro de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en donde uno de los requisitos es contar con universidades públicas de alta calidad.
3. En cuanto al permiso de lucro de las instituciones de educación superior, se hacen falsos comparativos con Chile ya que no se dice que esta nación triplicó la inversión en la educación pública en los últimos tres gobiernos y el actual anuncia multiplicar dicha inversión. En el caso de países China en los últimos años se han creado millones de cupos para educación superior con recursos privados, pero acompañados de un fuerte sistema de universidades públicas de alta calidad. Como puede apreciarse el Ministerio de Educación se dice mentiras piadosas cuando “asegura” que con solo la inversión privada se acabarán los problemas de sostenimiento económico de las universidades públicas.
4. En el tema de varios se resalta en la cartilla de la Universidad de Manizales, entre otros: a) Fuerte desventaja de las universidades públicas frente a las universidades privadas en cuanto a los salarios ofrecidos para vincular a los mejores profesionales; b) Cuestionamientos del puesto otorgado a la UNAD (Universidad Nacional Abierta y a Distancia) en el CESU (Consejo Nacional de Educación Superior); c) Ofrecimiento de cualquier programa educativo como menester de las IE que demuestren sólo capacidad con lo que se atenta nuevamente con la calidad; d) Papel relevante, libertades y mayores incentivos al SENA.
5. La cartilla ofrece un comparativo de lo dispuesto en la Ley 30 de 1992 y lo propuesto en el proyecto de reforma, cuya información les compartí casi desde que se inició el debate de esta problemática. Sin embargo, vale la pena tenerlo en cuenta para profundizar más sobre cada asunto de la mencionada reforma.
El debate continúa ausente de interlocución permanente con los entes del gobierno y esperemos que las universidades públicas saquen algo bueno de este momento histórico, ya que sería penoso que tanta disertación, contra propuestas y voces queden silenciadas por la ligereza de los senadores en el momento en que den vía libre a esta propuesta de reforma de la educación superior que en mi opinión vende ilusiones más no realidades.
P.D.: En medio de este panorama incierto está latente otro al interior de muchas universidades públicas, relacionado con el desgreño administrativo y la ausencia de gestión. Dichas problemáticas aportan un granito de arena para que la educación de calidad siga lejos y deja servido el plato a los reformadores.
Como datos que aporta el documento a la comprensión de la problemática están los siguientes:
1. La propuesta de reforma privilegia el tema de la cobertura, por encima de la calidad, a partir de la creación de IES con ánimo de lucro donde posiblemente se incrementen los cupos de acceso al nivel de educación superior, pero que a la larga no garantizan una sostenibilidad económica en el futuro. Este último punto es en el que más insisten las universidades públicas, ya que se constituye en un camino viable de garantía de la cobertura y de calidad del sistema universitario.
2. Relacionado con lo anterior, está el tema de financiamiento de las universidades públicas donde, entre otras cosas, es interesante ver cómo la propuesta del gobierno acoge modelos importados como el de Australia en el cual la idea es diferir el pago de las matrículas de los estudiantes para que paguen después de graduarse de la universidad, lo cual seguramente terminará delegando la responsabilidad de financiamiento a las universidades que sabemos, por lo consagrado en la Constitución, es un deber del Estado. Igualmente, otra dato revelador es cómo el gobierno pregona el que la inversión privada ayudaría a las universidades públicas con el financiamiento. Frente a este sofisma se alude cómo en la Universidad de Harvard, a pesar de contar con inversiones económicas del sector privado para investigación y desarrollo, no se alcanza sino a cubrir el 10% de la inversión que se necesita para la generación de innovaciones y nuevos conocimientos. De este modo una de las salidas que se propone en el seno de las universidades públicas es que al menos una vez en la historia de Colombia el Estado realice una fuerte inversión a la educación pública siguiendo el ejemplo de países como Brasil, Chile y otros.
Otra desproporción de la propuesta de reforma de la educación superior, es pretender que nuestro país consolide un sistema universitario de alta calidad con los puntos adicionales de dinero en el futuro. Siendo realistas esta estrategia económica es insuficiente e ingenua, y requiere de ejemplos como el de China donde cada estudiante es costeado anualmente con recursos cercanos a 18 millones de pesos, que provienen en gran porcentaje del Estado. Si miramos el caso colombiano se requiere triplicar el costo de cada estudiante ya que este sólo alcanza a llegar a 4 millones de pesos. Aumentar la inversión económica de manera significativa puede convertir los sueños en realidad de que Colombia sea miembro de la OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en donde uno de los requisitos es contar con universidades públicas de alta calidad.
3. En cuanto al permiso de lucro de las instituciones de educación superior, se hacen falsos comparativos con Chile ya que no se dice que esta nación triplicó la inversión en la educación pública en los últimos tres gobiernos y el actual anuncia multiplicar dicha inversión. En el caso de países China en los últimos años se han creado millones de cupos para educación superior con recursos privados, pero acompañados de un fuerte sistema de universidades públicas de alta calidad. Como puede apreciarse el Ministerio de Educación se dice mentiras piadosas cuando “asegura” que con solo la inversión privada se acabarán los problemas de sostenimiento económico de las universidades públicas.
4. En el tema de varios se resalta en la cartilla de la Universidad de Manizales, entre otros: a) Fuerte desventaja de las universidades públicas frente a las universidades privadas en cuanto a los salarios ofrecidos para vincular a los mejores profesionales; b) Cuestionamientos del puesto otorgado a la UNAD (Universidad Nacional Abierta y a Distancia) en el CESU (Consejo Nacional de Educación Superior); c) Ofrecimiento de cualquier programa educativo como menester de las IE que demuestren sólo capacidad con lo que se atenta nuevamente con la calidad; d) Papel relevante, libertades y mayores incentivos al SENA.
5. La cartilla ofrece un comparativo de lo dispuesto en la Ley 30 de 1992 y lo propuesto en el proyecto de reforma, cuya información les compartí casi desde que se inició el debate de esta problemática. Sin embargo, vale la pena tenerlo en cuenta para profundizar más sobre cada asunto de la mencionada reforma.
El debate continúa ausente de interlocución permanente con los entes del gobierno y esperemos que las universidades públicas saquen algo bueno de este momento histórico, ya que sería penoso que tanta disertación, contra propuestas y voces queden silenciadas por la ligereza de los senadores en el momento en que den vía libre a esta propuesta de reforma de la educación superior que en mi opinión vende ilusiones más no realidades.
P.D.: En medio de este panorama incierto está latente otro al interior de muchas universidades públicas, relacionado con el desgreño administrativo y la ausencia de gestión. Dichas problemáticas aportan un granito de arena para que la educación de calidad siga lejos y deja servido el plato a los reformadores.
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