En los últimos tiempos se habla mucho acerca de la necesidad de que las naciones orienten sus esfuerzos al avance del conocimiento científico y tecnológico como una manera que puede posibilitarles salir del subdesarrollo y tener mayor impacto en el contexto global. A propósito de la propuesta de reforma de la ley que regula la educación superior en Colombia, uno de los puntos más criticados por el sector universitario público es cómo no traduce las reales necesidades de inversión económica que debe hacer el Estado para fortalecer, entre otros, el campo de la investigación. Para que logremos comprender que este no es un capricho de las mencionadas universidades, conviene revisar el estudio "Conocimiento, redes y países: colaboración científica global en el siglo XXI", realizado por la Royal Society, el cual analiza el aporte científico de las naciones a la sociedad mundial.
Una de las cosas que rescata el informe es cómo el mapa de la investigación mundial ha cambiado a tal punto que países dominantes en este tema han empezado a perder posicionamiento, debido al esfuerzo realizado por economías emergentes como, por ejemplo, las de los países orientales, la India e incluso Brasil y España. Chris Llewellyn-Smith presidente de la Royal Society dice que en la actualidad el país que se descuida en el tema de investigación está condenado a perder ventajas en el mundo de hoy.
En los cinco primeros puestos de las potencias científicas encontramos a Estados Unidos, China, Reino Unido, Japón y Alemania. El informe resalta cómo la China ha dado un paso importante en términos de su aporte al conocimiento científico y tecnológico y está casi al mismo nivel de los Estados Unidos. De la misma manera, muestra cómo Turquía ha multiplicado por seis veces su inversión en ciencia y tecnología entre 1995 y 2007 de tal modo que ha incrementado en un 43% el número de investigadores. Otro ejemplo que menciona, es cómo Irán ha aumentado el número de publicaciones científicas a tal punto que pasó de 736 publicaciones en 1996 a 13.238 en 2008. Otros ejemplos que muestra el informe están en Túnez que ha reestructurado su sistema de investigación con la creación de 139 laboratorios y países como Singapur que han triplicado sus publicaciones científicas pasando de 2.620 a 8.506.
Igualmente, el informe evidencia cómo Brasil en los últimos años ha aumentado su inversión en investigación, que en la actualidad está alrededor del 1.4% del PIB y aspira para el 2022 invertir el 2.5% del PIB. Este país ha incrementado el número de colaboraciones en temáticas de impacto global y desarrollo de tecnologías, así como en el desarrollo de patentes en términos de innovación. Con estas cifras no es extraño que Brasil sea tratado hoy como un actor político importante de esta región Latinoamericana.
En este escenario es paradójico encontrar cómo en nuestro país es escasa la investigación de alto nivel y por ende es loable rescatar la desarrollada por personas como Manuel Elkin Patarroyo quien ha publicado 325 papers en revistas científicas como Nature o Chemical Reviews. Esta última, que es la revista de Química más importante del mundo, le publicó el 28 de marzo de este año un paper que plantea el método para el desarrollo de vacunas sintéticas para la mayoría de las enfermedades infecciosas. Es importante resaltar que la investigación de Patarroyo en la actualidad es financiada por el gobierno español y por la Universidad del Rosario, a lo cual uno se pregunta: ¿El gobierno colombiano en qué anda?
Estos datos generales confirman que el posicionamiento de nuestro país en el concierto investigativo internacional no se resuelve con una propuesta de Ley de educación superior como la que abandera el gobierno actual, y demanda de éste un real compromiso en términos de aumento significativo de los recursos destinados a la investigación de todo nivel.
Una de las cosas que rescata el informe es cómo el mapa de la investigación mundial ha cambiado a tal punto que países dominantes en este tema han empezado a perder posicionamiento, debido al esfuerzo realizado por economías emergentes como, por ejemplo, las de los países orientales, la India e incluso Brasil y España. Chris Llewellyn-Smith presidente de la Royal Society dice que en la actualidad el país que se descuida en el tema de investigación está condenado a perder ventajas en el mundo de hoy.
En los cinco primeros puestos de las potencias científicas encontramos a Estados Unidos, China, Reino Unido, Japón y Alemania. El informe resalta cómo la China ha dado un paso importante en términos de su aporte al conocimiento científico y tecnológico y está casi al mismo nivel de los Estados Unidos. De la misma manera, muestra cómo Turquía ha multiplicado por seis veces su inversión en ciencia y tecnología entre 1995 y 2007 de tal modo que ha incrementado en un 43% el número de investigadores. Otro ejemplo que menciona, es cómo Irán ha aumentado el número de publicaciones científicas a tal punto que pasó de 736 publicaciones en 1996 a 13.238 en 2008. Otros ejemplos que muestra el informe están en Túnez que ha reestructurado su sistema de investigación con la creación de 139 laboratorios y países como Singapur que han triplicado sus publicaciones científicas pasando de 2.620 a 8.506.
Igualmente, el informe evidencia cómo Brasil en los últimos años ha aumentado su inversión en investigación, que en la actualidad está alrededor del 1.4% del PIB y aspira para el 2022 invertir el 2.5% del PIB. Este país ha incrementado el número de colaboraciones en temáticas de impacto global y desarrollo de tecnologías, así como en el desarrollo de patentes en términos de innovación. Con estas cifras no es extraño que Brasil sea tratado hoy como un actor político importante de esta región Latinoamericana.
En este escenario es paradójico encontrar cómo en nuestro país es escasa la investigación de alto nivel y por ende es loable rescatar la desarrollada por personas como Manuel Elkin Patarroyo quien ha publicado 325 papers en revistas científicas como Nature o Chemical Reviews. Esta última, que es la revista de Química más importante del mundo, le publicó el 28 de marzo de este año un paper que plantea el método para el desarrollo de vacunas sintéticas para la mayoría de las enfermedades infecciosas. Es importante resaltar que la investigación de Patarroyo en la actualidad es financiada por el gobierno español y por la Universidad del Rosario, a lo cual uno se pregunta: ¿El gobierno colombiano en qué anda?
Estos datos generales confirman que el posicionamiento de nuestro país en el concierto investigativo internacional no se resuelve con una propuesta de Ley de educación superior como la que abandera el gobierno actual, y demanda de éste un real compromiso en términos de aumento significativo de los recursos destinados a la investigación de todo nivel.
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