Terminado el año 2011, a mi parecer, quedaron más interrogantes que respuestas claras en relación con la tensión suscitada por el intento del gobierno de reformar la educación superior colombiana, más aún cuando la mayoría fuimos espectadores, unos más que otros, de la oleada de manifestaciones, protestas y demás actos que algunos han tildado de “movilización de los estudiantes”. En artículo que publiqué el 29 de octubre del año pasado en este mismo espacio ( Movimiento estudiantil: Defensa de los valores de las mayorías, Frenesí de las juventudes, Secuestro de la academia ), me referí sobre este tema con el propósito de hacer una mirada crítica y distante de los discursos lineales del momento, los cuales fueron capaces de poner en sincronía una serie de ficticias ideas, en el seno de la sociedad, quien lastimosamente las adoptó como verdades. Los medios de comunicación hicieron su agosto, muchos articulistas, incluso “intelectuales”, difundieron cosas como la siguiente: “…los est